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Las buenas películas de terror saben cómo usar los contrastes para acentuar el miedo. Ese recurso narrativo se aprecia en la cinta Sonríe (Smile), primer largometraje de Parker Finn, quien construye una cinta ambivalente en cuanto a la forma y el fondo.
Parker Finn consiguió el financiamiento de esta película por la buena recepción que tuvo su cortometraje Laura Hasn’t Slept (2020), en el que narra cómo una joven sufre por una recurrente pesadilla y para solucionarlo busca ayuda de un terapeuta. El propio director aseguró que Sonríe es como una hermana de dicho corto.
Sonríe sigue los pasos de la Dra. Rose Cotter (gran actuación de Sosie Bacon), una joven psiquiatra quien después de presenciar un cruento y traumático incidente (una de sus pacientes enfureció y sonrió de manera tétrica para después suicidarse enfrente de ella), comienza a experimentar cosas que parecen sobrenaturales. Ante eso, sus seres más cercanos piensan que tiene problemas mentales.
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Así, la Dra. Cotter investigará por qué ve y escucha cosas que los demás no; sucesos que poco a poco van apoderándose de su vida, hasta cuestionarse su propia realidad.
Respecto a la forma, vemos a un director que utiliza de manera efectiva tomas aéreas para confundir al espectador, planos holandeses (encuadre en forma diagonal) que distorsionan la realidad de la protagonista y movimientos de cámara que dan la sensación de la presencia de un ser omnipresente, que si bien son una manera básica de construir una cinta de terror, Parker Finn muestra que sabe utilizarlos de manera correcta.
Este buen uso del lenguaje audiovisual va acompañado de un filme que de fondo aborda un tema por demás importante, los problemas mentales a causa de un fuerte trauma, es decir, una experiencia tan aterradora que se convierte en una pesadilla constante.
En Sonríe esa pesadilla se convierte en un terror íntimo, que juega entre lo real y lo irreal, para destacar, como ya lo mencionamos, los contrastes del filme, donde la ambigüedad de un posible ser diabólico crea incertidumbre e inquietud.
De esa forma, una de las grandes fortalezas de esta cinta es que el mal no tiene nombre o una figura que al principio pueda explicarse, y que ataca a través de dañar la mente de la protagonista; al estilo del Freddy Krueger de Wes Craven.
Sonríe, que se estrena este 29 de septiembre, crea una mitología propia, un universo bien narrado y con imágenes efectivamente diseñadas, que la harán una de las mejores películas de terror del año.
Calificación: 5 de 7 vidas.
