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Películas de fantasmas hay una infinidad, desde la clásica franquicia de Actividad paranormal hasta proyectos como Los otros (2001) con Nicole Kidman. Es un hecho que es difícil reinventar este género, pero eso no impide que pueda llegar a ser posible. Por desgracia, no es el caso de Mírame.
El protagonista de esta cinta es Lalo, un chico que acaba de perder a su padre y queda al cuidado de su abuela Elena, quien vive en una casa a las orillas del lago de Xochimilco. Después de tomar el viejo reloj de su padre, empieza a ser atormentado por el fantasma de una estudiante, y las cosas se complican al descubrir de quién se trata.
Una pésima historia
¿Recuerdas cuando decían que en los baños de tu escuela habitaba el fantasma de una niña? Es probable que Pavel Cantú haya usado esa leyenda para crear parte de esta trama, que, al intentar darse su tiempo para sorprender al espectador, termina por aburrir.
La historia es lenta y tediosa. Las acciones del protagonista no van para ningún lado, al igual que todo hilo conductor. Si bien en la sinopsis se infiere que hay una relación entre el reloj del padre y la presencia del fantasma, al final parecen no guardar conexión alguna e incluso asemejan ser dos actos ajenos entre sí.
Otro punto en su contra es la dirección actoral. La mayoría de las personificaciones se ven acartonadas, al punto de dar la impresión de inexistentes ganas de trabajar. La crítica no es por la juventud de los intérpretes, al fin y al cabo no es su culpa, pero si el director los hubiera motivado, se habría visto un resultado un poco mejor.
Mírame es una película reciclada de fantasmas, jumpscares predecibles y una mala historia mezclada con un gran trabajo en el maquillaje de caracterización. Aún así, me gustaría que la vieras para escuchar tu opinión. No te la pierdas como parte del Festival Macabro del 19 al 29 de agosto.
Calificación: 3 de 7 vidas. Puedes verla en FilminLatino.
