Los Looney Tunes de nuevo en acción
¡Eso es todo amigos!¹
El día que la tierra explotó es una película de Looney Tunes protagonizada por el Pato Lucas y Po-Po-Porky ––nuestro rey––, que se cimenta en pleno 2025 a casi 90 años de la creación de ambos personajes para los cortos de Fantasías animada de ayer y hoy y de Looney Tunes. A tantos años de su debut, aún seguimos disfrutando sus aventuras.
Aunque quizá ––y dependiendo de tu relación con Lucas y Porky–– no reconozcas el arquetipo de estos personajes, pues aunque recuerda mucho al carácter que solían tener en los primeros cortos, la mayoría crecimos con las versiones de los 80s en adelante y con el estilo que presentaron en películas como Space Jam (1996), donde Lucas es irritante y un contrapeso a Bugs Bunny, mientras que Porky es más un gag.
Aquí Porky es mucho más cercano al ingenio que solía tener para las generaciones de nuestros padres, las que crecieron viendo El Festival de Porky, y Lucas es incluso más cercano a su versión primigenia, un pato loco pues. Y como si de una ambigüedad se tratase, Porky adquiere el rol protagonista y Lucas el de su patiño ––durante muchos años fue al revés.

¡Vuela alto Granjero Juan! Las virtudes del doblaje
Podrán pasar 100 años, pero el humor irreverente de los Looney Tunes no ha dejado de evolucionar: desde la sofistificación de la violencia, la modernización de los gags, la ruptura de la cuarta pared en consecuencia de realizar chistes, así como el humor visual que nace de la interacción con la propia animación.
En está ocasión regresan dos grandes nombres al doblaje en latino de esta película, por un lado Sebastián Llapur como Lucas y el emblemático Ernesto Lezama, ambos siendo las voces más relevantes de ambos personajes en este milenio, y su trabajo es notable y diferencial con otro tipo de doblaje contemporáneo de Looney Tunes.
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La función de prensa nos dio la oportunidad de pláticar con Sebastián Llapur, quien nos contó los procesos desde la investigación de voces más antiguas de su personaje, hasta el salivar al igual que lo hace Lucas, precisamente para alcanzar la vocalización necesaria del pato.
Quizá el chiste más divertido es el relacionado con el Granjero Juan ––quien por sí solo resalta––, la forma en que expresan los actores de doblaje su relación con el Granjero no dejó de generar risas durante toda la función; un sesgo de humor muy preparado por los guionistas.

Diversión y sobre estimulación
La historia es muy divertida de principio a fin, sin embargo es sobre estimulante, y aunque eso suele ser una característica de en este tipo de personajes, quizá hacen falta momentos de descanso o reflexión ––que los tiene de una u otra forma. Es por ello que acercarte a esta película en un estado anímico desnivelado, con cansancio o poco humor de tolerar podría ser contraproducente, los colores son vividos, las luces brillantes y el sonido estruendoso.
Y nada de lo anterior es necesariamente malo, pero es cierto que no hay tregua, y la sobreestimulación no necesariamente es beneficiosa para diversos procesos cerebrales, aunque en una sociedad ya sobreestimulada, los Looney Tunes son el menor de nuestros problemas.
La nueva aventura de Porky y Lucas es algo que nadie esperaba y todos podríamos disfrutar, nos recuerda una gran época de nuestra vida sea la edad que tengamos, y va en ocasiones más allá. 5 de 7 vidas de gato a esta película que llega a cines mexicanos gracias a Cinépolis Distribución a partir del 17 de abril. Disponible en Cinépolis y Cinemex.

¹Porky… siempre.
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