A casi cuatro años de su última cinta, Paul Schrader regresa a la gran pantalla con El contador de cartas, donde Oscar Isaac interpreta a William Tell, un ex militar y jugador profesional de póquer, quien conoce a Cirk, un joven vulnerable y enojado, el cuál le pide ayuda para vengarse de un coronel; Tell ve en su relación con este chico la oportunidad de redimir el pasado que lo tortura.
¿Una película que vale la pena?
Yo soy de esas personas que jamás le huye a una película lenta, es más, admiro como algunas historias se cuecen “a fuego lento. Al ser El contador de cartas mi introducción a Schrader como director, me fue muy complicado adaptarme a su estilo. Es por eso que al final de la función, mi primera reacción fue ¿qué rayos acabo de ver? No me malentiendan, estoy a favor de los guiones que se toman su tiempo para que se desarrolle la historia de forma impecable, pero en este caso, durante casi toda la historia, sentí que ésta quería llegar a algo, pero nomás no lo lograba.
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Aunado a ello, con la forma de actuar por parte de Oscar Isaac, parecía que veíamos un personaje demasiado misterioso, pero en vez de ello, nos encontramos una actuación demasiado seca de su parte, además que al enfocarse en su camino a la redención del protagonista, la trama deja a un lado a los personajes secundarios que de forma indirecta afectan a Tell. Personajes como el coronel, interpretado por Willem Dafoe tienen poco tiempo en pantalla, y no se logra ver un gran desarrollo, lo cuál no llega a ayudar a la trama y por ende, no permiten demostrar la tremenda actuación que siempre nos da.
En conclusión, el ritmo y desarrollo que propone El contador de cartas, requiere de mucha paciencia y atención por parte de su espectador, y la propuesta puede ser conflictiva para aquellos que no estén familiarizados con el póquer, el cuál es el tema central de esta historia. Además, pudo haber funcionado con media hora menos de historia, ya que muchas escenas, sobre todo las que involucran las reglas del juego, se alargan demasiado además de que se le pone mucha atención tanto a los diálogos, así como a lo visual, y por ende, llega a ser confuso. Por último, reiteró la intención de que debieron darle más tiempo en pantalla al cast secundario.
Calificación: 3.5 de 7 vidas. No se la pierdan en Cinépolis o Cinemex.