Por Silvia Suleyka V. Arzaluz Lozano
Soledad, sonidos espectrales y fantasmas que se conjuran con el frío en pleno invierno de enero son los principales elementos que conforman la narrativa de “The Strings”, una película que a través de la música y el horror proyecta algunas de las consecuencias que ha traído el encierro y distanciamiento social de Catherine.
Perseguida por su propio éxito.
La cinta es protagonizada por Teagan Johnston, una cantante y compositora que da vida a Catherine quien, harta de la presión a la que se encuentra sometida, se ve en la necesidad de huir y recluirse en una cabaña abandonada para poder concentrarse, e intentar reconectar consigo misma y su música. La historia tomará un giro inesperado cuando emerge la presencia de una entidad que asecha y vigila de manera siniestra a la artista. ¿Logrará esta impedir que Catherine termine de grabar su nuevo material discográfico?
Luchar contra las cuerdas: crisis de la cotidianidad
Dirigida por Ryan Glover, quien también participó junto con Krista Dzialoszynsk como guionista, The Strings es un proyecto cinematográfico donde la sonoridad juega un papel crucial, ya que está repleta de una gran variedad de articulaciones que, bajo el halo de la música, crean una atmósfera terrorífica que permite al espectador experimentar lo sobrenatural a través del proceso creativo por el que atraviesa Catherine, lo cual es un mérito que vale la pena reconocer y sobre todo disfrutar.
La película es una hilarante propuesta que confronta con los límites de nuestra libertad en una época cuyas restricciones cada vez determinan en mayor medida las condiciones en las que se desarrolla nuestra existencia, al punto de llegar a hacernos sentir atados a las personas y lugares que conforman nuestra cotidianidad. ¿Hasta qué punto podemos controlar el rumbo que toman nuestras decisiones y qué tanto estas afectan a propios y extraños?, ¿realmente el encerrarnos en nosotros mismos es la forma de mantenernos a salvo del hastío y la asedia del mundo de afuera?
Horror musical: fantasmas y catarsis
En The Strings, Teagan Johnston hace su debut como actriz, mostrando un potencial que bien llevado podría dar mejores resultados, prueba de ello está en que en la película se le nota a gusto con la filmación y su actuación se ve natural, aunque en ocasiones un tanto perdida, a pesar de ello hace un buen papel ya que logra proyectar confianza y seguridad para dar protagonismo a su principal recurso: su voz.
Es importante recordar que, en la vida real, Johnston es una cantante cuya trayectoria comenzó desde el 2017, según los registros discográficos que hay en Spotify. A propósito de sus redes sociales, en ellas Teagan se define a sí misma como una pianista emo, cantante y compositora, lo cual hace evidente la influencia de lo oscuro y sombrío tanto en su música y como su trabajo artístico.
Su voz recuerda un poco a una mezcla entre Karen O’ (Yeah, Yeah, Yeahs), la melancolía de Elena Tonra (Daughter) o la vibra mística de Natasha Khan (Bat For Lashes).
Calificación: 5 de 7 vidas. No te la pierdas en la Cinemateca Luis Buñuel (Puebla) o puedes alquilarla a través de Plataforma Cine (Próximamente) como parte del Festival Macabro.