En la encrucijada entre el horror y la festividad, Viernes Negro emerge como una obra maestra del director Eli Roth, quien, con su distintiva huella en el género, transforma la icónica noche de Acción de Gracias en un escenario sangriento y festivo. Esta película, inspirada en el tráiler falso de Grindhouse de 2007, se convierte en un festín de terror divertido y absurdo, lleno de sátira aguda que desentraña una festividad cada vez más consumida por el capitalismo desenfrenado.
Sinopsis
La acción se desata en el hipermercado llamado RightMart, donde la comunidad se congrega en busca de las mejores ofertas. Es aquí donde los personajes principales se ven envueltos en una tragedia que desencadena una sádica venganza por parte de John Carver. La introducción a estos acontecimientos se maneja con maestría, fusionando la jovialidad de la festividad con un suspenso creciente que prepara el escenario para el caos que se avecina.
Desde sus inicios, la película nos sumerge en la tradición del género slasher, un territorio que Roth conoce bien y que ha explorado con éxito en películas anteriores como Hostal y Cabin Feve. Sin embargo, Viernes Negro no es solo una incursión en el terror; es una amalgama de géneros que abraza la parodia y la comedia negra de una manera que eleva la experiencia a un nivel completamente fiel.
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La premisa central de la película es una maravillosa fusión de lo macabro y lo cotidiano. El enmascarado asesino, encarnado en la figura de John Carver, toma utensilios de la cena de Acción de Gracias y los transforma en armas mortales, una interpretación retorcida de los elementos que definen la festividad. Este enfoque, aunque ridículo, es brillantemente ejecutado, llevando al espectador por un viaje aterrador, pero inesperadamente divertido a través de los pasillos de un supermercado durante la vorágine del Viernes Negro.
Una gran combinación entre comedia y horror
Lo que distingue a Viernes Negro es su capacidad para recopilar lo mejor de ambos mundos: el horror visceral y el humor irónico, destacando la habilidad de Roth para construir una narrativa rica en falsificaciones y sorpresas. La sangre, los adolescentes desorientados y un villano sediento de sangre son ingredientes clásicos que se fusionan con maestría para ofrecer una experiencia que resuena con la esencia misma del género.
A medida que se desarrolla la trama, el filme nos presenta a John Carver, el enigmático asesino que adopta la identidad del primer gobernador de Plymouth. Esta elección no es aleatoria; es un homenaje astuto a la historia y las tradiciones que rodean la festividad del Día de Acción de Gracias. Viernes Negro no solo se burla de la superficialidad del fenómeno del mismo nombre, sino que también teje una narrativa que explora el trasfondo histórico de la celebración, añadiendo capas de profundidad que sorprenden al espectador.
¿Un slasher a la altura de su género?
La película, en su esencia, es un slasher que cumple con las expectativas del género y va más allá. A través de una dirección de cámara hábil, Roth sumerge al espectador en la brutalidad de los actos cometidos por el enmascarado asesino. Las escenas de violencia son presentadas con un detalle sanguinario que satisface los anhelos de los fanáticos del terror, pero el filme no se contenta simplemente con ser una sucesión de asesinatos; es una experiencia que mantiene al público en vilo, a la expectativa de lo que sucederá a continuación.
Lo que realmente favorece en Viernes Negro es la capacidad de la película para mantenerse comprometido a las raíces del género sin caer en la trampa de la autoindulgencia o la pretensión. Roth, junto con el guionista Jeff Rendell, ha logrado equilibrar la nostalgia del slasher clásico con elementos modernos, creando así una película que se siente fresca, pero reverencia sus raíces.
Conclusión
Viernes Negro no es solo una película de terror; es una experiencia que redefine la festividad de Acción de Gracias de una manera divertida y aterradora. Con su mezcla única de horror, sátira y comedia negra, la película se erige como una obra que no solo te asustará, sino que también te hará cuestionar la superficialidad de las festividades comerciales. En un mundo saturado de remakes y películas de terror que exploran lo psicológico, Viernes Negro es un recordatorio de que el horror puede ser, y debería ser, divertido y grotesco. Eli Roth ha entregado un slasher digno que no solo te hará pasar el mejor rato, sino que también te dejará reflexionando sobre la verdadera esencia de las festividades y la naturaleza misma del terror que nos cautiva.
Calificación: 5 vidas y media de 7. Disponible en Cinépolis y Cinemex.