Por Daniel Flores
David Gordon Green, realizador de la pasada trilogía de Halloween, regresa al mando de la franquicia de El exorcista. Si bien no se puede prever el éxito o fracaso de la nueva entrega, Creyentes, de una vez hay que sentar las bases del juego, ya que luego del repudio que sufrió Gordon Green por Halloween Ends, se esperaba poco de la primera parte de esta saga. Sin embargo, el realizador parece haber aprendido de sus errores, consolidando esta entrega como una digna sucesora del filme original (William Friedkin, 1973), proponiendo una historia bien estructurada de principio a fin.
Desde su inicio, El exorcista: creyentes, toma prestado de su versión primera, iniciando en una tierra lejana a la del protagonista, Víctor (Leslie Odom Jr.). Como sucedió con el Padre Merrin (Max Von Sydow) en El exorcista, cuyo enfrentamiento contra el mal iniciaba en Irak, ahora, este fotógrafo comenzará su descenso a la locura en Haití. Para Merrin, el descubrimiento de una antigua pieza arqueológica desatará la maldad, para Víctor un terremoto en el que perderá a su esposa embarazada dará inicio a las hostilidades.
Después de semejante y devastadora introducción, la historia avanza a los Estados Unidos, la presunta modernidad, donde el terror se revelará al viudo y su hija adolescente. Conforme la trama avanza, los enigmas se irán eslabonando para crear una atmósfera aterrorizadora, directa y al punto, sin pasar por comedia simplona o dramas exagerados. Además de Angela (Lidya Jewett), la hija de Víctor, otra adolescente, Katherine (Olivia O’Neill) también es poseída tras un intento de contactar a la progenitora fallecida de Angela.
De ahí en adelante, como sucede con Chris MacNeil (Ellen Burstyn) en El exorcista original, el padre no creyente (Víctor) deberá someter a su descendiente a una serie de procesos médicos y neurológicos hasta reconocer que la ciencia no la salvará. Así, tendrá que tomar la decisión de hallar la respuesta en un exorcismo y en la experiencia de Chris, quien regresa a la saga 50 años después, muy al estilo de lo que el propio Gordon Green hiciera con Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) en la pasada trilogía halloweenesca.
Entre algunos jump scares y varios homenajes a El exorcista, Creyentes logra tener al público en el filo de la butaca, concentrándose en amalgamar la esencia horrorífica y presentar debidamente a los varios personajes de la trama. Rostros fugaces del pasado, escenas prestadas de la primera película como el escarceo de perros y las constantes tomas a las ventanas de casas y edificios homenajean a Friedkin y su visión de la novela de William Peter Blatty, quienes dieron un vuelco al cine de horror para siempre.
Calificación: 6 de 7 vidas. Disponible en Cinépolis y Cinemex.