En 1952 se estrena Ikiru, cinta co-escrita y dirigida por Akira Kurosawa, donde conocemos a Watanabe, un funcionario del Ayuntamiento de Tokio que decide replantear su vida tras enterarse de que tiene cáncer de estómago y le quedan pocos meses de vida. Esta película se basa en la obra de León Tolstoi La muerte de Iván Ilich de 1886. Más de 50 años después llega a los cines Vivir (Living), escrita por Kazuo Ishiguro, que a su vez adapta la historia de la obra del director nipón y que compite por dos premios Oscar: Mejor actor y mejor guion adaptado.
Sinopsis
En esta cinta conoceremos al señor Williams, un hombre común que ha trabajado de manera ininterrumpida en una oficina convirtiéndolo en una persona aburrida y triste, decide hacer un esfuerzo por convertir su aburrida vida en algo maravilloso y vivir feliz sus últimos momentos tras un fatal diagnostico médico.
Una emotiva cinta
Vivir nos mete de lleno en la vida de los empleados del departamento de concesión de obras públicas del London County Hall durante el primer acto, así como la rutina del protagonista y su forma de trabajo. Asimismo, conocemos que el sistema burocrático retratado no se encuentra lejos de la realidad, el cuál llega a ser tardado y en ocasiones no te hacen caso, lo cuál nos da a entender que la película crítica dicho sistema.
Mientras avanza la trama, veremos como el señor Williams asimila y afronta la noticia de que le quedan pocos meses de vida. Esta cinta de inicio nos enseña que la gran mayoría tenemos aún mucho tiempo por delante y mucho por hacer para nuestro beneficio. Los escenarios del Londres de los años 50, así como del vestuario son impresionantes y geniales, mostrando cómo se transportaban al trabajo o cómo eran los avances médicos para esa década.
Sin embargo, a estas alturas es complicado y hasta imposible no comparar esta cinta con la obra del director japonés, y es que a diferencia de las más de 2 horas de duración de la película de 1952, Vivir solo cuenta con 1h y 40 mins, y si bien, este detalle puede ser insignificante, cuando vemos la película nos damos cuenta de que no lo es. Esto debido a que recortan muchos momentos que son importantes dentro de la trama, como el pasado del protagonista o como es que pasa su primer noche tras conocer la trágica noticia.
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Eso no quita el hecho de que Ishiguro hizo todo lo posible por respetar el material original, así que si viste la entrega del 52, notarás muchos momentos importantes que se mantienen casi igual, solo que ambientados en Europa. También nos encontramos con un desequilibrio en su estructura narrativa, y como consecuencia tenemos momentos en que la premisa va rápida y momentos donde llega a ir tediosa, además de que no logra haber una gran química entre el protagonista principal y algunos personajes de parte del elenco secundario que se supone son vitales para la historia. Esto nos deja con un final un tanto apresurado y que no tuvo el mismo impacto que deja Kurosawa en su obra.
En conclusión, Vivir es una propuesta que se queda corta ante la obra de Akira Kurosawa, pero que no quita el hecho de que nos recuerda que vida solo hay una y que no hay que perder el tiempo para lograr todo lo que nos lleguemos a proponer.
Calificación: 5 de 7 vidas. Disponible en Cinépolis y Cinemex.