Babylon, la nueva entrega de Damien Chazelle nos cuenta una historia más del viejo Hollywood, lleno de cambios como: el salto del cine silente al sonoro, la asimilación cultural entre razas y las exuberantes- y pervertidas- reuniones de gente del espectáculo.
Es curioso que la película toma referencias de otras como El cantante de Jazz (1927), El Artista (2011) o Cantando Bajo la Lluvia (1952); pero el director le da su propia perspectiva mediante las historias de Manny Torres (Diego Calva), un sirviente que sueña con trabajar en Hollywood; Nellie LaRoy (Margot Robbie), una chica que sueña con ser actriz; y Jack Conrad (Brad Pitt), un icónico actor del cine silente.
Esta película con poco más de tres horas de duración tiene sus puntos buenos y malos; ya que, si bien, es una carta de amor al cine que Chazelle otorga al espectador mediante una trama que ilustra parte de la historia del cine con ayuda de diversos episodios que otorgan emociones de distintos géneros (ya sean de comedia, drama, romance, ciencia ficción, terror, etc). Esto también lo facilita con el uso de las constantes referencias… que resaltan con su reflexión final. Si eres buen observador, verás guiños a otras películas del mismo director, como La La Land.
En el caso de los puntos malos de Babylon, retomo en primera instancia, la actuación; ya que es un punto clave para empatizarnos con los personajes en la que, en el caso de Margot Robbie, carga con un gran peso al ser la conexión directa de los protagonistas con la historia, y que, Nellie se puede relacionar como una Harley Quinn de 1950 en toda la película. Aunque esto es comprensible, pues los dos personajes comparten, en la superficie, ciertos rasgos.
Por otro lado, hay puntos específicos de la realidad en los que Chazelle tiene la osadía de presentarnos en la historia de ficción que nos ofrece que, en cierto punto, nos traslada a recordar eventos o personajes importantes de la historia cinematográfica. La cinta también peca en mostrarnos una ficción donde se observa: la aceptación de dirección y constante spanglish de un mexicano -que quizá, en esos momentos, no podría ser posible-; así como un uso del recurso de lo obsceno (más en su introducción de media hora, así que, si se ve en el cine, cuidado con sus alimentos); y sus ganas de mantener al margen las tramas de los personajes Lady Fay Zhu (Li Jun Li), una cantante lesbiana que escribe los intertítulos de las películas de Kinoscope, y Sidney Palmer- que más bien es un retrato de Sidney Poitier- (Jovan Adepo), un actor de origen bahameño.
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A pesar de los puntos malos, Damien Chazelle rescata Babylon al sacar el máximo jugo a su duración para desarrollar una narrativa -con una gran banda sonora- que hace mención honorífica a lo mejor y a los famosos “trapitos sucios” de Hollywood. Recordándonos que, al final, el cine puede ser un lugar caótico, pero también un gran lugar lleno de magia, sueños y esperanza.
Calificación 6 de 7 vidas. Disponible en Paramount+ y Star+.