Sin aspavientos, con humor bien dosificado, She Said, la más reciente película de Maria Schrader, emociona porque nos devuelve la fe en que aún es posible cambiar el mundo, que cuando periodismo y feminismo son aliados, ya nada sigue igual. Eso ocurre ante nuestras narices en este drama inspirado en “Todos los hombres del presidente” con guiños a “Spotlight”.
Dicha historia muestra los avatares de dos jóvenes reporteras del New York Times, Jody Kantor y Megan Twohey, mientras escribían el reportaje sobre los abusos sexuales de Harvey Weinstein, el productor de Hollywood encarcelado por más de ochenta denuncias en su contra que transformaron nuestra sociedad dando paso al mítico movimiento #MeToo en 2017, un punto de inflexión en la cuarta ola feminista; un parteaguas que debía filmarse, claro, con estricto apego a la realidad.
La directora consigue que sus malabares entre denuncia, chistes, pesquisa periodística, así como un retrato de la mujer actual que trabaja, tiene hijos y esposo en el primer mundo, sean impecables, pero no por eso cargados de originalidad, pues no se trata de una película que aporte, fílmicamente, algo novedoso. Es más bien la crónica de un suceso que debe conocerse. Cuando el modo de documentarlo resulta emocionante, se debe aplaudir. Sin embargo, hay en el guion una falencia: la victimización de una de las protagonistas que, curiosamente, interpreta la reconocida actriz, Carey Mulligan (Promising Young Woman) en un personaje (el de Megan Twohey) incapaz de superar el trauma psicológico luego informar sobre denuncias por acoso ni más ni menos que en contra de Donald Trump.
Tal vez te interese Hermosa Venganza, una crítica contra el machismo.
La periodista en cuestión se muestra agresiva, inestable, nada afirmada como en sus otros papeles. Más allá de eso, de que la vulnerabilidad es válida, la forma en que se plantea el desequilibrio del personaje no abona a la causa feminista y no porque tengamos que ser perfectas, fuertes, valientes, invencibles, sino porque se pierde la verosimilitud de una conducta errática, incluso vengativa que podría alimentar el encono por la causa, es decir, validar aquello de “feminazi”.
Y es que, así como hay un policía bueno y otro malo, tal vez esta cinta exagera un poco para que las diferencias entre una reportera y otra sean muy visibles, para decirnos que no solo las jóvenes aspirantes a actrices o las empleadas de Hollywood salen afectadas luego de denunciar, sino que en todos los ámbitos, sin importar la condición etaria, socioeconómica o racial, las mujeres corremos peligro. Lo cual es cierto, pero hay otras maneras menos pedagógicas de expresarlo en una película.
Haciendo a un lado lo anterior, She Said cumple su cometido, cierra con una reflexión que deja contento a todo el mundo que tiene oídos, ojos, que entiende esta frase pintada con letras púrpuras: “Ya no contarán con la comodidad de nuestro silencio”.
Disponible el 6 de enero en Cinépolis y Cinemex.