Matrix Resurrecciones, ¿el épico regreso de Neo y Trinity?

1999 representó un gran año para el cine, marcó el inicio de lo que hoy sería una de las franquicias más populares del momento: Matrix. Tras dos secuelas, una antología animada, videojuegos y más, regresamos a perseguir al conejo blanco en Matrix Resurrecciones, dirigida por Lana Wachowski, co-directora de la trilogía original.

En esta cuarta entrega, regresa Thomas Anderson (Keanu Reeves) quien lleva una vida normal en San Francisco, mientras que su terapeuta le prescribe pastillas azules. Todo cambia cuando Morfeo (Yahya Abdul-Mateen II) le ofrece la pastilla roja y vuelve a abrir su mente al mundo de Matrix.

¿Una digna secuela? 

Han pasado 18 años desde la última vez que vimos a Neo en su camino a cumplir la profecía, y es notable en Matrix Resurrecciones que las cosas han cambiando. A lo largo de esta película desfilan un sinfín de referencias, así como flashbacks a las anteriores entregas que dan un repaso de lo que pasó el protagonista. También se toma su tiempo para explicar cómo es que Neo está atrapado en la Matrix de nuevo, o más importante: ¿por qué Trinity está viva? Ya que la catastrófica muerte del personaje interpretado por Carrie Ann-Moss es de lo más memorable del final de Matrix Revoluciones.

Otro punto que puede tener a su favor, es la mejora de efectos especiales en la actualidad, en comparación con la segunda entrega, cuyos efectos envejecieron mal con el tiempo. Esta gran actualización es por parte de Unreal Engine, quien este 2022 nos traerá un nuevo juego utilizando esta tecnología. Y el elenco no se queda atrás, Keanu Reeves sigue demostrando su talento actoral, no por nada ha hecho un gran papel como John Wick hasta el momento.

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Por otra parte, y aunque Carrie también hace un gran trabajo, Trinity permanece en segundo plano la mayor parte de la historia, aun cuando nos entrega un acto final muy interesante para su personaje. Del reparto secundario, destaca la nueva versión del agente Smith (Jonathan Groff) con una buena interpretación que apenas llega a los talones del encarnado por Hugo Weaving. De ahí en fuera cuenta con importantes personajes secundarios que no terminan de brillar. Ejemplo de ello es el terapeuta de Thomas, quien cobra vida en el cuerpo de un Neil Patrick Harris estancado en personajes cómicos y a quien se le complica hacer un papel serio. Y del nuevo Morfeo de la mano de Yahya Abdul-Mateen II, mejor ni hablemos.

Dentro de las referencias a la franquicia anteriormente mencionadas, se hace presente la comedia. Dicho recurso sirve para burlarse de la forma en cómo vemos nosotros como espectadores a este universo, y si bien, algunos chistes funcionan, otros llegan a dar pena. 

En conclusión, Matrix Resurrecciones es una secuela que se queda muy por debajo de la trilogía que entregaron las hermanas Wachowski a principios de este siglo. Aunque cuenta con actuaciones impecables, logran salvar poco la tan desastrosa propuesta. El regreso de Neo y Trinity en la gran pantalla no tiene nada de épico, pero se agradece verlos de vuelta.

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