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El Stand de los Besos 2: otro chocolatito

Por Alejandro Pantoja Caltenco

Todas las piezas están en su lugar y el verdadero juego está por comenzar. Netflix trae a las pantallas de todo el mundo la continuación de la exitosa El Stand de los Besos (2018). En esta secuela, seguimos las aventuras amorosas de Elle Evans, una joven de preparatoria quien, después de quedarse con el chico malo del colegio (y por lo tanto, el más atractivo), deberá lidiar con una relación a distancia. Aún ya siendo la peor pesadilla de cualquier pareja, eso no será suficiente. En esta nueva entrega, las inseguridades, mentiras, comparaciones y desconfianzas están a la orden del día. Lo normal en la vida adolescente… o tal vez simplemente en la vida…

Manteniéndose fiel a su predecesora, no se deslinda de las fantasías y situaciones dignas de su lugar de procedencia; Wattpad. En la película original se planteaba  una historia sencilla que calienta el corazón en donde el único problema para Elle era confesarle a su mejor amigo que estaba teniendo encuentros cercanos del tercer tipo con el hermano mayor de éste. Siguiendo las líneas del género, ahora era momento de un triángulo amoroso. El corazón de Elle Evans se encuentra en disputa. Con su novio fuera y con sospechas de infidelidad, hace acto de presencia un nuevo personaje, un joven latino candente que cumple con todo el estereotipo, un caramelito encantador que canta y baila.

Si bien sigue los patrones ya establecidos, logra diferenciarse de la primera parte. Se nota una gran pequeña desigualdad en los créditos de cada película. En El Stand de los Besos (2018) se especifica que se encuentra basada en la novela de Wattpad del mismo nombre escrita por Beth Reekles. Por el otro lado, la nueva cinta simplemente dice estar basada en los personajes de la obra literaria. Se hace hincapié en esto debido a que realmente se nota la presencia de una mano externa, que no proviene tal cual de la misma pluma.

La situación ya no es tan sencilla, y como todas las secuelas, se busca llegar a un nuevo nivel. Cada uno de los personajes experimenta una exploración más a fondo, quedando mejor definidos. Además, los problemas entre mezclados (tal vez demasiados) quedan hilados de manera coherente, todos encaminados y dirigidos. Sin embargo, tantas nuevas eventualidades requieren asentarse y vaya que toman su tiempo.

El Stand de los Besos 2 (2020) cuenta con una duración de 2 horas y 12 minutos. Su introducción abarca practicamente toda una hora. Aunque los conflictos comienzan a cocinarse desde el principio, la historia realmente arranca hasta pasada la mitad de la película. Por fortuna, una vez acelerada, mantiene la condición hasta dar por concluida. Así que para ser una película que se espera consumir como un dulcecito, termina siendo como un chocolate chicloso que lleva su tiempo terminar de comértelo, resultando un tanto cansado.

Al final, este chocolate deja un pedacito entre los dientes. Una de las tramas importantes de la cinta queda sin resolver, dejando el camino asentado para una tercera entrega (que por cierto ya ha sido confirmada y filmada, encontrándose en etapas de post producción, lista a estrenar en 2021).

La película arrastra todo lo de su predecesora, ya sea lo bueno o lo malo, lo cursi o lo tóxico. Por lo que, en esta ocasión se prescindirá de otorgarle calificación, resumiéndose en que si se gusta de un chocolate, gustarán dos. A ver si el tercero no empalaga…

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