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Conoceremos a un joven gay, al que las circunstancias no le han sonreído. Vive en la calle y obtiene dinero a cambio de felaciones o servicios de completos de gigoló.
A medida que avanza la historia vemos que a pesar del mundo donde existe, el protagonista se enamora o cree enamorarse de distintas personas. La relación más fuerte es la primera, con un chico que en realidad no es gay pero vio una oportunidad de hacer dinero fácil, es muy unido al protagonista y pareciera que el amor, aunque burdo, es recíproco. No lo es. En cuanto el chico ve una mejor forma de obtener ingresos, lo abandona; su segunda pareja representa el despecho y la soledad, finalmente su última pareja, el conformismo. Después de tres relaciones fallidas, por causa de él o de la otra persona, se da cuenta de qué es lo que realmente busca y quiere.
Esta película tiene dos grandes fallas que hicieron que me costara disfrutar y entender la trama. La primera es que en su inicio y hasta la mitad, es demasiado introspectiva, los personajes casi no tienen diálogos y se deja mucho a la imaginación del espectador, lo que ocasiona que sea fácil perder el hilo; y la segunda, la escenas de sexo carecen de estética: una cosa es que quieras retratar la crudeza del mundo de la prostitución, y otra cosa es que descuides los ángulos de tus actores, la iluminación y las interacciones; bien podríamos encontrar estás mismas escenas y tal vez mejor realizadas, en algún sitio web.
Mi calificación es 4 de 7 vidas. Es bueno el concepto y las actuaciones, pero aún falta pulir las tomas, el guión y concretar el mensaje que se quiere dar para que sea más fácil transmitirlo al espectador.
