El regreso de los Hombres de negro ha llegado. Hace más de 20 años se estrenó la primera cinta, en donde conocimos a la dupla conformada por Tommy Lee Jones y Will Smith, y que tuvo dos secuelas y una serie animada, que disfruté mucho en mi niñez. En esta ocasión, nos traen un spin-off, bajo la dirección de Felix Gary Gray, quien en 2017 dirigió la octava parte de la saga The Fast and The Furious.
Esperaba mucho de Men in Black International, pero la ejecución da pena ajena y más con los pésimos chistes. Chris Hemsworth, el Agente H, es un carismático y mujeriego hombre, pero es una actuación que no aporta nada a su carrera cinematográfica. Se nota un esfuerzo casi nulo de “empoderamiento femenino” en el personaje de Tessa Thompson, la Agente M, porque este es logrado a costa de los errores y la arrogancia caricaturesca de los personajes masculinos. El feminismo se trata de demostrar que las mujeres son tan capaces e inteligentes como cualquier persona, no que los hombres son tan estúpidos como para que “hasta una mujer” pueda superarlos.
La historia es muy sencilla. Se centra en la sede de Hombres de negro, ubicada en Londres, donde los agentes H y M, tienen que detener un ataque, mientras investigan un rumor en la agencia. Tenemos al jefe de dichas oficinas, protagonizado por Liam Neeson; que a su vez aporta poco a la historia y como consecuencia se desperdicia su talento. La trama principal se vuelve tediosa y deja a la subtrama a la deriva la mayor parte de la cinta, y es una lástima al tratarse de una saga tan importante como lo es Hombres de negro.
Lo único que puedo rescatar de esta cinta es sus efectos especiales. Al mostrar un sin fin de alienígenas y la introducción, nos hacen recordar que, no importa la edad que tengamos, más de un malévolo cucarachón se pondrá sentimental.
Men in black international es un spin-off mal hecho, con referencias a la trilogía original a la fuerza, le doy 2 de mis 7 vidas. Sería mejor que pensaran dos veces antes de usar una saga tan genial, para darnos un pésimo resultado.
Por Astoreth y Bernardo.