El misterio de Soho: el lado oscuro de Londres

Edgar Wright es un director que ha logrado hacerse de un nombre, y es que a lo largo de 5 películas ha incursionado desde la comedia mezclada con el western (A fistful of Fingers, 1995) pasando por zombies (Shaun of the dead, 2004) hasta el fin del mundo (The World’s End, 2013). 

Ahora, incursiona en el horror con El misterio de Soho, donde presenta a Eloise (Thomasin McKenzie, Jojo Rabbit, 2019), una joven apasionada a la moda que, misteriosamente, es trasladada a la década de los 60, donde conoce a una aspirante a cantante (Anya Taylor-Joy, The New Mutants, 2020). Pero las cosas no son lo que parecen en esa fantástica época y llegan a afectar de manera profunda a la protagonista.

Las apariencias engañan

El primer acto de El misterio de Soho va un poco rápido a la hora de presentar a Eloise, quien no logra encajar con un grupo de amigos en un Londres muy distinto al visto en otras películas. Pero el lado oscuro no se queda atrás, en la época transportada, también se nota un mundo de sexo, alcohol y drogas, donde la mezcla entre pasado y presente se plasma de forma extraordinaria con grandes efectos especiales.

La situación se empieza a tensar cuando se conectan modista y cantante, pero, a diferencia de otras cintas, Edgar Wright sube la apuesta. Cada escena es peor que la anterior, sin llegar mucho a los jumpscares. Mientras avanza la historia, la protagonista se obsesiona con esta artista, a tal grado de copiar su estilo o vestimenta, cueste lo que cueste.

No olvidemos el guión. El misterio de Soho se destaca por tener como escritores al mismo Wright junto con Krysty Wilson-Cairns (quien escribió 1917 junto a Sam Mendes). Además, tenemos de nuevo el sello del director a través de la banda sonora. Al igual que cintas como Baby Driver (2017), se hace de una selecta cantidad de canciones acorde a la época que retrata, las cuales son un gran acompañamiento para las escenas en cuestión.

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En conclusión, El misterio de Soho es una gran propuesta que, aunque comienza de manera muy floja, mientras avanza se logra sostener y mejorar en el proceso. Cuenta con una gran química entre Thomasin McKenzie y Anya Taylor Joy, quienes demuestran una gran capacidad actoral. Edgar Wright demuestra una vez más que puede ofrecer una gran cinta, no importa si es de comedia u horror.

Calificación: 6 de 7 vidas. No te la pierdas en Cinépolis o Cinemex.