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La saga más popular del momento, con nueve películas en su haber, se extiende en forma de spin-off con Hobbs & Shaw. En esta cinta, los protagonistas deben detener a Brixton (Idris Elba) quien tiene una fuerza sorprendente y quiere a toda costa una sustancia muy poderosa que está en manos de Hattie, la hermana de Shaw.
Al ser la primera cinta del director David Leitch dentro de la franquicia de Fast & Furious; hay demasiados momentos absurdos que tiran a mediocre. Principalmente, se maneja un buddy film, o lo que es la trama de la pareja dispareja de una manera muy forzada, ya que hay momentos donde no existe química alguna entre Dwayne Johnson y Jason Statham.
Otra falla presente es la narrativa. Con una duración de más de dos horas, la primera mitad corre de manera acelerada, mientras que la segunda, agrega demasiadas escenas y chistes que no van ni al caso. La propia historia queda en espera de alguna escena o giro de trama que sorprenda y diga que no fue sólo una broma.
Idris Elba es un gran actor que tenía el potencial para ser un buen antagonista, pero no es así. Acompañado de escenas de pelea muy sencillas, y terribles en mayor parte, no logra convencer como el villano que presumían los tráilers. No hay que ser un seguidor para saber que la franquicia debe finalizar. Pero si aún te emociona, puede ser que te entretenga Hobbs & Shaw al tener familiaridad con los protagonistas, además de que no todas las bromas son malas, y hay una agradable aparición de los Samoanos de la WWE.
Hobbs & Shaw es una película que, a pesar de fascinar a los fans de la saga de Fast & Furious, deja el sentimiento de que esto debió terminar hace algunos años. En definitiva, es el spin-off de una franquicia que ya está muerta y, no obstante, la siguen explotando.
Calificación: 3 de 7 vidas
